Más de 6% de la población ugandesa es desplazada (esta cifra equivale a 1,7 millones de personas). Aunque es uno de los pocos países que cuentan con una política nacional sobre desplazados internos, su ineficaz puesta en práctica hace peligrar la seguridad de muchos desplazados, que tienen dificultades para regresar a sus hogares y no siempre pueden acceder a la ayuda humanitaria.
En torno al 90% de la población ha huido del norte de Uganda como consecuencia del conflicto armado que enfrenta al Ejército de Resistencia del Señor y al gobierno. En la región noreste de Karamoja, saqueadores de ganado armados han provocado grandes oleadas de desplazados. La mayoría de ellos viven en campos destartalados donde son frecuentes los abusos de los derechos humanos, la escasez de medios y las enfermedades. Algunos de sus habitantes han permanecido en ellos durante 10 años.
Tras la visita en 2004 de Francis Deng, antiguo Representante Especial del Secretario General para los Desplazados Internos, Uganda adoptó una Política Nacional para los Desplazados Internos, [1] inspirada en los Principios Rectores de los Desplazamientos Internos, que obliga al gobierno a proteger a sus ciudadanos de los desplazamientos arbitrarios, garantizar sus derechos durante el tiempo en que estén fuera de su hogar, promover soluciones a largo plazo y facilitar el retorno voluntario, el reasentamiento, la integración y la reintegración de la población.
[1] Vease RMF 19, www.fmreview.org/FMRpdfs/FMR19/FMR19Brookings.pdf
Commentary
La política de Uganda para los desplazados internos
January 31, 2007