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La economía de Cuba después de Raúl Castro

Historia de tres mundos

A Cuban flag decorates a subsidised state store, or "bodega", where Cubans can buy basic products with a ration book they receive annually from the government, in downtown Havana

RESUMEN EJECUTIVO

En abril de 2018 Raúl Castro dejará la presidencia de Cuba. Muchos cubanos están más interesados en el desempeño económico del país que en reiterar historias de heroísmo. Si bien durante los diez años del gobierno de Castro el desempeño macroeconómico de la isla resultó extremadamente decepcionante, esa realidad opaca el surgimiento de una economía más compleja y diversificada. La economía del sector privado florece y proporciona empleos e ingresos a 4 de cada 10 cubanos de edad laboral. En términos cualitativos la economía privada ha avanzado: las frágiles microempresas han dado lugar a más amplios emprendimientos de pequeña escala que participan en una importante acumulación de capital. Cabe agregar que el turismo extranjero, que cuenta con la cooperación activa de socios internacionales, constituye otra característica prometedora.

En el sector turístico la combinación creativa de empresas estatales, socios internacionales y emprendedores nacionales del sector privado es, según sus proporciones, singularmente cubana. Sugiere un modelo de crecimiento “a la cubana” dirigido en forma tripartita que podría aplicarse a otros ámbitos económicos y, en particular, a dos sectores prominentes pero rezagados: la energía y la agricultura. En la actualidad el gasto no discrecional en importaciones esenciales de energía y alimentos consume los ingresos cubanos en moneda dura por exportaciones, que ya de por sí son magros. No obstante, la isla cuenta con una capacidad natural para la creación de modelos energéticos y alimentarios más sustentables.

Poco a poco el gobierno ha reconocido las contribuciones esenciales que las empresas internacionales pueden ofrecerle al desarrollo cubano, incluso en el sector energético y alimentario, aunque las autoridades han sido lentas en su reconocimiento de que serán necesarias varias reformas complementarias para la creación de un clima comercial que resulte lo suficientemente atractivo.  En sus primeros cien días, o en su defecto en sus primeros años, el gobierno entrante tendrá la oportunidad de redefinir el papel económico de Cuba en el mundo mediante una perspectiva más coherente, congruente y afirmativa.

El presente ensayo sobre políticas sugiere específicamente una serie de reformas económicas realistas (aunque ambiciosas) para consolidar los beneficios de la economía interna del ámbito privado y del turismo internacional, además de atraer más inversión extranjera, inyectar un nuevo dinamismo en los sectores fundamentales de la energía y la agricultura y mejorar las crecientes desigualdades de oportunidades e ingresos. En las conclusiones de nuestro trabajo se presentan algunas reflexiones sobre la economía política de la reforma y se ofrecen indicadores a seguir en materia de desempeño económico a futuro.

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