Información básica
En los últimos cuarenta años el aumento salarial del trabajador común estadounidense ha sido extremadamente débil, aunque es cierto que especialmente en los pasados veinticinco años ese segmento de asalariados ha ganado algo de terreno y que es posible que los distintos ajustes por inflación hagan que esos logros parezcan algo mayores. No obstante, y desde todo punto de vista, los sueldos del segmento medio han crecido a un ritmo más lento que el del segmento superior y que el de la economía en general. Asimismo, son menos los estadounidenses que ganan más que sus padres a edades similares, lo que quizás explique el descontento con la economía a pesar del constante crecimiento económico y las bajas tasas de desempleo. Muchos de los candidatos presidenciales ponen de relieve dicho descontento.
-
La globalización, el insuficiente dinamismo económico y el índice decreciente de sindicalización en el sector privado son algunos de los factores que han contribuido al débil aumento salarial de muchos estadounidenses.
-
Entre 1979 y 2018 el sueldo por hora del segmento medio aumentó un 12% cuando se aplica el ajuste por inflación; los sueldos correspondientes al percentil 90 subieron un 34%.
-
Si bien hace décadas que el aumento salarial del trabajador común es débil, la reciente contracción del mercado laboral sumada al alza del salario mínimo en los niveles local y estatal han generado un impulso ascendente de los sueldos más bajos.
Análisis detallado

Con el ajuste por inflación el sueldo por hora del trabajador ubicado exactamente en el segmento medio (el percentil 50, o el correspondiente al trabajador que gana más de la mitad que todos los demás trabajadores pero menos que la otra mitad) aumentó un 12% entre 1979 y 2018 (Figura 2). (1979 constituye un punto de partida comúnmente utilizado para el análisis de las tendencias salariales ya que es el primer año en el que se tuvo acceso a datos de mayor calidad). En cambio, los sueldos de los segmentos superiores (del percentil 90, el trabajador que gana más del 90% que todos los demás) registraron un alza del 34%. En los segmentos inferiores (del percentil 10) el aumento salarial fue de solo de un 4%.

Las tendencias salariales que se han observado recientemente resultan un tanto más alentadoras. Desde 2010 (y particularmente desde 2014) el fortalecimiento del aumento salarial de los trabajadores con ingresos más bajos ha sido mayor que en el pasado. Si bien dichos trabajadores se encuentran en una mejor situación, continúan percibiendo remuneraciones muy inferiores a las de otros (10,16 USD por hora en el percentil 10 frente a 47,95 USD por hora en el percentil 90). La figura 3 indica el aumento porcentual acumulativo de los diversos percentiles correspondientes a los sueldos por hora en el periodo 2010-2018. En dicho periodo el alza del percentil 10 de sueldos por hora fue del 5,1%, lo cual es mejor que el del percentil 50 (2,5%) pero peor que el del percentil 90 (7,4%).

¿Por qué es que en los últimos tiempos ha mejorado relativamente la situación de los trabajadores del segmento inferior?
El reciente aumento del salario mínimo en muchos estados y localidades constituye uno de los motivos de la relativa mejora de la situación de los trabajadores del segmento inferior en los últimos tiempos. Aunque a nivel federal no se ha producido un alza del salario mínimo desde 2009, varios estados (como California y Massachusetts) y ciudades, como Seattle y Nueva York, han aumentado considerablemente sus mínimos mediante legislación al efecto. En su conjunto hay 29 estados, más el Distrito de Columbia, que hoy cuentan con sueldos mínimos superiores al piso federal de 7,25 USD por hora.
Las recientes tendencias salariales correspondientes a los niveles inferiores de distribución señalan que esa puede ser una de las causas de la mejora, que constituye un destacado componente de algunas de las campañas de 2020. Los asalariados pertenecientes al percentil 5, y posiblemente al 10, se ven alcanzados por el alza del salario mínimo a nivel estatal y local, que ha aumentado incluso cuando la inflación ha erosionado el valor real del salario mínimo federal, cuestión que ha sido puesta de relieve por David Cooper, Elise Gould y Ben Zipperer. (En efecto, Ernie Tedeschi demostró que en 2018 los sueldos mínimos a nivel estatal y local se aplicaban a casi seis millones de trabajadores.) En apariencia el alza de los sueldos del percentil 10 frente al 50 (es decir, la relación salarial decreciente 50/10) es lo que se esperaría en los casos de aumento del salario mínimo. Dicha relación ha sufrido una disminución: cayó de 2,01 en 2010 a 1,96 en 2018, aun en el marco del aumento del sueldo medio.
Con el propósito de analizar específicamente la función de los cambios en el salario mínimo realizamos una división en tres grupos: trabajadores de los 22 estados que entre finales de 2009 y finales de 2018 no registraron aumentos en el salario mínimo; trabajadores de los 14 estados que lo incrementaron en un porcentaje mediano menor al aumento del salario mínimo en ese mismo periodo (un alza del 25%) y trabajadores de los 14 estados (más el Distrito de Columbia) que lo aumentaron en un porcentaje mayor a la mediana. (Nótese que no se tienen en cuenta los cambios en los salarios mínimos correspondientes a las ciudades o condados que, si bien constituyen un piso salarial menos importante, siguen siendo pertinentes).
La figura 4 muestra el aumento porcentual acumulativo para los percentiles correspondientes a los salarios por hora de los tres grupos. En los estados en los que no hubo alza del salario mínimo el aumento en el percentil 5 fue inferior al 3%, una cifra bastante más baja que la del crecimiento de los segmentos medio y superior de distribución remunerativa. El patrón de aumento del salario mínimo de los estados que lo incrementaron en sumas relativamente importantes (es decir, mayores al aumento mediano) fue considerablemente distinto. En los percentiles 5 a 20 el aumento resultó marcadamente mayor que en otros estados, a pesar de que en las jurisdicciones estatales en donde se registró un alza en el salario mínimo el aumento fue más lento en los percentiles 50 a 90. El patrón fue más heterogéneo en los estados en los que el aumento del salario mínimo fue relativamente pequeño: si bien el incremento del percentil 5 fue levemente más fuerte que en aquellos en donde no se produjo aumento salarial alguno, el correspondiente al percentil 10 y superiores fue más débil.
Una de las deficiencias de este análisis es que un alza en el salario mínimo podría ser más probable en los estados que cuentan con un mercado laboral particularmente fuerte (o en vías de fortalecerse), lo que generaría una asociación falaz entre el salario mínimo del estado de que se trate y el incremento salarial general. También resulta problemático que el aumento del salario mínimo vaya acompañado de otros cambios normativos, lo cual hace difícil identificar el cambio responsable de la variación salarial. Aun así, el fortalecimiento desproporcionado (en los estados con mayores aumentos de salario) de los segmentos inferiores de la distribución salarial parece indicar que los cambios en la normativa constituyen una de sus causales. Nótese que el alza en los percentiles 50 y 90 fue efectivamente menor en los estados que aumentaron el salario mínimo que en los que no lo hicieron, contrariamente a lo que se prevería si dichos aumentos fueran simplemente indicadores de un fortalecimiento del mercado laboral.

¿Qué otros factores pueden explicar el aumento salarial en los segmentos inferiores?
Otra situación que reviste la misma importancia que la del salario mínimo más alto es la contracción del mercado laboral en el periodo 2014-2018, que generó un alza en la demanda de trabajadores con bajos niveles de remuneración y puede haber complementado los aumentos del salario mínimo al compensar las tendencias de los empleadores de contratar menos trabajadores por causa de dichos aumentos.
En los años inmediatamente posteriores a la Gran Recesión el bajo nivel de los salarios se debió probablemente a la gran cantidad de desempleados, en particular en los segmentos inferiores de la distribución salarial. Un número cada vez mayor de trabajos de investigación indica que la contracción del mercado laboral beneficia en forma desproporcionada a los trabajadores desfavorecidos y a los que perciben sueldos bajos. Hasta fines de 2016 la prolongada atonía posterior a la Gran Recesión quedó evidenciada por un índice de desempleo que se mantuvo por sobre el nivel bajo que había tenido antes del periodo recesivo y por una tasa de participación de la fuerza laboral de edad productiva que aún no ha logrado el nivel que tenía antes de la recesión. Recién en 2016 el percentil salarial 10 pudo superar el nivel que había tenido en 2009. En cambio, la disminución del percentil 90 de sueldos nacionales fue muy leve: en 2011 ya había superado los niveles de 2009. En resumen, la contracción de los mercados laborales en el último quinquenio parece haber redundado en mayores beneficios para quienes se encuentran en los segmentos inferiores.
¿Por qué es que el aumento salarial del trabajador común ha sido tan lento en los últimos cuarenta años?
Entre los motivos del aumento salarial poco pronunciado durante un periodo tan prolongado se encuentran los siguientes:
- el índice decreciente de sindicalización en el sector privado,
- la proliferación de esquemas laborales que van en contra de los trabajadores, tales como las cláusulas de no competencia en los contratos de empleo,
- la constante globalización y exposición a la competencia internacional,
- la concentración de los mercados laboral y de productos,
- la disminución en el dinamismo de las empresas y de los mercados laborales generada por varios de los factores mencionados.
¿Mediante qué tipo de políticas gubernamentales se lograría un aumento salarial?
Todas las políticas dirigidas al fortalecimiento del poder de negociación del asalariado podrían favorecer a los trabajadores que perciben sueldos bajos y medios. A continuación indicamos algunas de ellas.
- Un aumento de la transparencia en materia de salarios colocaría a los trabajadores y a los empleadores en condiciones más equitativas durante las negociaciones salariales.
- Un uso menos constante de los contratos con cláusulas de no competencia conferiría más oportunidades laborales a los trabajadores.
- El fortalecimiento del proceso de negociación colectiva potenciaría las remuneraciones y reduciría la desigualdad.
- Una mejora en la aplicación de la normativa antimonopólica podría reducir el monopsonio del mercado laboral es decir, la dominación de ciertos lugares y ocupaciones por un pequeño número de empleadores, además de restringir el poder de los patronos respecto de los trabajadores en algunos mercados laborales.
Asimismo, las políticas en materia de capacitación y formación podrían aumentar la productividad de los trabajadores que perciben los salarios más bajos, además de crear oportunidades que lleven a mejores empleos con una mayor remuneración para quienes tienen menores niveles educativos.
No obstante, los últimos datos en materia salarial nos presentan dos lecciones que consignamos a continuación.
- Es probable que los recientes aumentos en el salario mínimo hayan mejorado los sueldos de los segmentos inferiores de la distribución salarial.
- Un mercado laboral contraído que surge de un crecimiento económico sostenido constituye la base de dicho aumento salarial.
Es probable que estos factores se complementen entre sí: los mercados laborales contraídos sustentan las contrataciones aun cuando los salarios mínimos asignan más prestaciones a los trabajadores que perciben los sueldos más bajos, además de ayudarlos a participar más integralmente en el crecimiento económico.
Nuestro agradecimiento a Emily Moss, Jimmy O’Donnell y Jana Parsons por la excelente ayuda proporcionada en la investigación.
The Brookings Institution is committed to quality, independence, and impact.
We are supported by a diverse array of funders. In line with our values and policies, each Brookings publication represents the sole views of its author(s).
Commentary
¿Quiénes perciben aumentos salariales y por qué?
January 6, 2020