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América Latina en la nueva arquitectura comercial Asia-Pacífico

Las relaciones económicas entre América Latina y el Caribe (ALC) y Asia se encuentran en una encrucijada. Los países de ALC tienen el doble desafío de reactivar el comercio con Asia, que sigue siendo la región de crecimiento más rápido del mundo, y al mismo tiempo diversificar y agregar valor a sus exportaciones hacia dicha región.

Asimismo, comparado con algunos años atrás, la región enfrenta un entorno radicalmente diferente en el comercio global. Hacia finales de 2016, algunos países de ALC y Asia estuvieron a punto de ingresar en el Acuerdo Transpacífico (TPP por sus siglas en inglés). Un año después, EE.UU. abandonó el TPP, renunciando así a su rol tradicional de impulsor de la integración económica global en las negociaciones bilaterales y multilaterales.

A pesar de que el giro en la política comercial estadounidense ha creado incertidumbre, especialmente para las economías de ALC estrechamente integradas como México y América Central, también ha renovado el ímpetu en varios proyectos para promover la relación económica entre ALC y Asia. Al mismo tiempo, los esfuerzos regionales para reforzar el comercio dentro de ALC están acelerándose, estimulados por iniciativas como la Alianza del Pacifico y los intereses de países clave como Argentina y Brasil. La Unión Europea también ha adquirido una progresiva relevancia, llevando a cabo largas negociaciones comerciales con el Mercosur y una modernización importante del Tratado de Libre Comercio (TLC) UE-México, ambas iniciativas acercándose hoy a su conclusión.

Como muestra la Figura 1, Asia tardó menos de dos décadas en convertirse en el segundo mayor socio comercial de ALC, después de América del Norte. La región posee al día de hoy una oportunidad para profundizar los lazos comerciales y de inversión con Asia aún más, abordando barreras al comercio clave y promoviendo una relación sostenible y más diversificada. En la medida en que vayan surgiendo nuevas opciones, también surgirán desafíos en torno a la necesidad de priorizar las negociaciones más estratégicas, a la participación desigual de los países de ALC, y a garantizar que las conversaciones ALC-Asia no detengan la integración regional dentro de ALC.

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A continuación revisaremos las implicancias de los diferentes proyectos de integración entre ALC-Asia actualmente sobre la mesa. Esta discusión es más que oportuna ya que durante los últimos meses los principales socios de los acuerdos comerciales entre Asia y LAC mantuvieron conversaciones clave, subrayando la naturaleza dinámica de la arquitectura comercial del Asia-Pacifico.

Principales opciones para una mejor integración Asia-ALC

El enfoque de la región para su integración con Asia debe abordar unas cuantas cuestiones clave. En primer lugar, problemas relativos al acceso de mercado tales como las barreras arancelarias, aumentos arancelarios, y estándares regulatorios excesivamente taxativos continúan obstaculizando la capacidad de ALC para agregar valor a sus exportaciones basadas en recursos naturales. La reducción de estas barreras debe ser una prioridad. En segundo lugar, un subgrupo de países de ALC—Chile, Perú, y, en menor medida, Costa Rica, México, y Colombia—representa casi la totalidad de todos los acuerdos formales con Asia. En el futuro, la región debería evitar una bifurcación adicional entre este grupo de países profundamente integrados y aquellos como Argentina y Brasil sin TLCs con Asia. Finalmente, es necesario enfatizar los esfuerzos de ALC hacia una mayor integración regional—particularmente en la medida que la Alianza del Pacifico y el Mercosur continúen progresando en su agenda de convergencia.

¿Qué opciones hay sobre la mesa? Existen cuatro proyectos principales en curso o en discusión, los cuales, ordenados de acuerdo a su alcance creciente (y al nivel de progreso al día de hoy), son: i) el TPP-11 (sin EE.UU.); ii) la Alianza del Pacifico más socios asiáticos; iii) la expansión de la Asociación Regional Económica –Regional Comprehensive Economic Partnership (RCEP por sus siglas en inglés)- hacia ALC; y iv) un Área de Libre Comercio de Asia-Pacífico (FTAAP por sus siglas en inglés). A continuación, analizamos cada una de estas opciones.

Reactivación de la Alianza Transpacífica

Luego de la salida de los EE.UU. en enero de 2017, los 11 socios restantes del TPP siguieron adelante con las negociaciones para lograr una nueva versión del acuerdo, con Japón asumiendo un rol de liderazgo.  Durante la Cumbre en Tokio, celebrada en el pasado mes de enero de 2018, estos países acordaron las condiciones finales para un nuevo acuerdo que planean firmar formalmente en marzo en Chile.

El acuerdo, denominado ahora Acuerdo Integral y Progresivo para una Asociación Transpacífica (CPTPP por sus siglas en inglés), elimina varias disposiciones acerca de propiedad intelectual y solución de controversias entre estados e inversores pero mantiene la mayor parte del TPP original, lo que disminuirá las barreras a un importante volumen comercial entre ALC-Asia. Es importante destacar que el CPTPP permitirá la adhesión de nuevos miembros, abriendo la puerta al eventual ingreso de otras economías de ALC.

Inclusión de países del Asia-Pacifico a la Alianza del Pacífico

La Alianza del Pacifico —conformada por Chile, Colombia, México, y Perú— ha sido un actor clave en la integración de ALC con Asia. Hacia mediados de 2017 la Alianza anunció la inclusión de tres países de Asia-Pacifico (Australia, Nueva Zelanda, y Singapur) junto con Canadá como Estados Asociados—una categoría nueva que implica un acuerdo de libre comercio con la Alianza del Pacífico como bloque comercial. Corea del Sur también ha mostrado interés en convertirse en un Estado Asociado. Además, la Alianza del Pacífico tiene otros socios asiáticos como observadores y una agenda de trabajo con ASEAN.

La primer ronda de negociaciones con los Estados Asociados tuvo lugar en octubre del año pasado y se focalizó en establecer un calendario para futuras rondas, reuniones técnicas de los grupos de trabajo temáticos, y en acordar plazos para la presentación de propuestas sobre acceso de mercado, reglas de origen, comercio de servicios, y otros asuntos. Una segunda ronda de negociaciones está teniendo lugar al momento de la redacción de este documento, y una tercera está programada para principios de marzo en Chile.

La Alianza del Pacífico busca una integración profunda, armonizando reglas de origen y otras normas comerciales entre países. De esta manera, acuerdos adicionales entre la Alianza y socios asiáticos serían un paso importante hacia la liberalización del comercio entre ALC y Asia. Sin embargo, la viabilidad de incluir a las principales economías asiáticas como Estados Asociados aún no está clara. Asimismo, la culminación del CPTTP ha creado cierta incertidumbre con respecto al futuro de estas negociaciones, ya que todas las partes excepto Colombia son parte del acuerdo.

Expansión de la Asociación Regional EconómicaRegional Comprehensive Economic Partnership (RCEP por sus siglas en inglés)—hacia ALC

El RCEP es un acuerdo comercial entre 16 países del Asia-Pacifico que se está negociando desde 2013. En noviembre de 2016, Chile, México, y Perú expresaron interés en el acuerdo, planteando la posibilidad de que el pacto se convierta en un vehículo para la integración ALC-Asia.

El RCEP incluye a importantes potencias económicas asiáticas como China, Japón e India. China ha sido uno de los principales impulsores del proceso del RCEP, como demostró el presidente Xi Jinping durante la Cumbre de APEC el pasado mes de noviembre instando a una “pronta conclusión de las negociaciones del RCEP.”

Por otro lado, las partes aún tienen que ponerse de acuerdo en cuestiones clave relacionadas con el acceso de mercado, y es posible que el acuerdo final no reduzca significativamente las barreras en áreas como agricultura, textiles y productos alimenticios, sectores donde un mayor acceso de mercado es prioritario para los países de ALC.

Un Área de Libre Comercio en Asia-Pacifico

La idea de un área de libre comercio que abarque la región del Asia-Pacifico ha sido un objetivo explícito del bloque de Cooperación Económica del Asia Pacifico (APEC) desde su Cumbre en 2014, cuando apoyaron la Hoja de Ruta de Beijing hacia un FTAAP. El presidente chino Xi Jinping otorgó al proyecto un impulso retórico en la Cumbre de APEC 2016, calificándolo como “crítico para la prosperidad a largo plazo de Asia-Pacifico.”

Sin embargo, las negociaciones formales hacia un FTAAP aún no han comenzado, y la Cumbre de APEC realizada el pasado mes de noviembre únicamente produjo un compromiso genérico con “la eventual ejecución de un FTAAP para avanzar en la agenda de integración económica regional de APEC.”

Integración regional como base para una participación global 

La cada vez más importante agenda del Asia-Pacifico se beneficiará de una integración regional más cercana entre los países de ALC. En años recientes, la Alianza del Pacifico y el Mercosur, los dos bloques comerciales más grandes de ALC, han intentado estrechar relaciones. A principios de 2017, sus ministros de comercio establecieron una hoja de ruta para la cooperación en facilitación comercial, agencias aduaneras, promoción comercial, apoyo a las pequeñas y medianas empresas, y cadenas regionales de valor, entre otros asuntos. Los países de la Alianza del Pacifico y el Mercosur están impulsando acuerdos bilaterales, como ilustran las negociaciones entre Argentina-México y Brasil-México. Más allá de los acuerdos comerciales tradicionales, ALC también ha dado pasos importantes para facilitar el comercio a través de acuerdos entre agencias aduaneras y otras entidades involucradas en el movimiento internacional de mercancías. Además, una región más integrada es una región más atractiva para la inversión extranjera directa y para una economía orientada hacia la producción de servicios.

En la medida en que ALC logre una integración intrarregional más estrecha, cualquier mejora en las relaciones entre países de la región y Asia tendrá externalidades importantes para toda la región. Fabricantes asiáticos localizados en ALC tendrían más posibilidades de obtener insumos de países vecinos cuando las barreras arancelarias sean bajas, las reglas de origen menos restrictivas, y los procedimientos aduaneros más simplificados. Sin embargo, para cumplir con este objetivo, los países de ALC (que muchas veces están involucrados en negociaciones comerciales superpuestas) deben asegurarse de que sus acuerdos sean mutuamente compatibles, especialmente en áreas tales como reglas de origen, para evitar que diferentes normas comerciales para diferentes socios generen una red de reglas innecesariamente compleja. Además, los negociadores comerciales en aquellos países con múltiples proyectos en curso tendrán que considerar estratégicamente la secuenciación de los acuerdos. Si se concreta, esta agenda ayudará a generar una nueva ola de comercio e inversión entre ALC y Asia.

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